SHAKESPEARE, WILLIAM “El mercader de Venecia”

PORCIA.- ¿No oyes música?

NERISSA.- Debe ser en tu puerta.

PORCIA.- Suena aún más agradable que de día.

NERISSA.- Efecto del silencio, señora.

PORCIA.- El cantar del cuervo es tan dulce como el de la alondra, cuando no atendemos a ninguno de los dos, y se seguro que si el ruiseñor cantara de día, cuando graznan los patos, nadie le tendría por tan buen cantor. ¡Cuánta perfección tienen las cosas hechas a tiempo! ¡Silencio! Duerme Diana en brazos de Endimión, y no tolera que nadie turbe su sueño. (Calla la música).

LORENZO.- Es voz de Porcia, o me equivoco mucho.

PORCIA.- Me conoce como conoce el ciego el cuco: en la voz.

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